Me alejé y te arrinconé en el Silencio.
Me aparté y fingí no creer ni esperar en Ti.
Me desvié y buscaba todas las rutas, menos la tuya.
Me abandoné y aún tuve la cara de echarte a Ti la culpa.
Me despisté y todo lo que tenía por felicidad se me vino abajo.
¿ME DEJAS VOLVER, SEÑOR?
Me fabriqué un mundo maravilloso, sin riesgo ni obligaciones.
Me monte en un mundo de ilusiones sin preocupación por otros.
Me desvestí de mí dignidad, ante el aplauso de los que creí
Que me querían y luego me dejaron, tirado.
Me desnude de todo, Señor y lo que es peor también de Ti.
¿ME DEJAS VOLVER; SEÑOR?
¿Apuntaras en tu agenda del hogar mí faltas?
¿Tendrás en cuenta mis soberbias y autosuficiencias?
¿Me exigirás aquello que te pedí para malgastarlo?
Me dará la espalda cuando me veas venir de lejos?
¡CLARO QUE TE DEJO VOLVER, HIJO MÍO!
Vuelve de todo aquello, que pareció mejor que lo de casa.
Regresa de la orfandad donde has vivido este tiempo.
Entra a esta, tu casa y vístete con el traje de fiesta.
Siéntate y comparte con tu hermano el alimento de tu Padre.
Perfúmate para que tu vida pasada, quede en el pasado.
Y, eso sí, ¡Abrázame, Hijo Mio! porque los hombres son como son
Pero, yo, tengo un corazón de padre y mí corazón, hoy más que nunca
desborda de FELICIDAD.
¡No hay mayor dicha para un Padre que el ver de nuevo a su Hijo!
¡No hay Mayor Sonrisa en el rostro de un Padre, que hacer feliz a un Hijo!
Date Prisa, Hijo mío, tu tardanza me produce más sosiego
Que todas las faltas que puedas haber cometido, en tu equivocado camino.
¡VUELVE... Tu Padre te espera;
A tu Hermano ya lo convenceremos!
Me aparté y fingí no creer ni esperar en Ti.
Me desvié y buscaba todas las rutas, menos la tuya.
Me abandoné y aún tuve la cara de echarte a Ti la culpa.
Me despisté y todo lo que tenía por felicidad se me vino abajo.
¿ME DEJAS VOLVER, SEÑOR?
Me fabriqué un mundo maravilloso, sin riesgo ni obligaciones.
Me monte en un mundo de ilusiones sin preocupación por otros.
Me desvestí de mí dignidad, ante el aplauso de los que creí
Que me querían y luego me dejaron, tirado.
Me desnude de todo, Señor y lo que es peor también de Ti.
¿ME DEJAS VOLVER; SEÑOR?
¿Apuntaras en tu agenda del hogar mí faltas?
¿Tendrás en cuenta mis soberbias y autosuficiencias?
¿Me exigirás aquello que te pedí para malgastarlo?
Me dará la espalda cuando me veas venir de lejos?
¡CLARO QUE TE DEJO VOLVER, HIJO MÍO!
Vuelve de todo aquello, que pareció mejor que lo de casa.
Regresa de la orfandad donde has vivido este tiempo.
Entra a esta, tu casa y vístete con el traje de fiesta.
Siéntate y comparte con tu hermano el alimento de tu Padre.
Perfúmate para que tu vida pasada, quede en el pasado.
Y, eso sí, ¡Abrázame, Hijo Mio! porque los hombres son como son
Pero, yo, tengo un corazón de padre y mí corazón, hoy más que nunca
desborda de FELICIDAD.
¡No hay mayor dicha para un Padre que el ver de nuevo a su Hijo!
¡No hay Mayor Sonrisa en el rostro de un Padre, que hacer feliz a un Hijo!
Date Prisa, Hijo mío, tu tardanza me produce más sosiego
Que todas las faltas que puedas haber cometido, en tu equivocado camino.
¡VUELVE... Tu Padre te espera;
A tu Hermano ya lo convenceremos!
P. JAVIER LEOZ.
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